Entrenamiento de fuerza en mujeres

Entrenamiento de fuerza en mujeres

Hace ya unos meses hablamos de la importancia del entrenamiento de fuerza, y que cada vez más, se está convirtiendo en un elemento indispensable en nuestro programa de entrenamiento ya que los beneficios son numerosos…

  1. Potente antidepresivo, mejora nuestro estado anímico.
  2. Aumenta la pérdida de grasa.
  3. Aumenta la densidad mineral ósea.
  4. Aumento del metabolismo en reposo.
  5. Reduce insomnio y mejora la calidad del sueño.
  6. Previene la aparición de diabetes y múltiples patologías relacionadas al sedentarismo.
  7. Aumenta nuestra calidad de vida y mejora la percepción de nuestro cuerpo.
  8. Factor que más reduce la mortalidad de cáncer de mama.
  9. Previene dolores muscular-esqueléticas y mejora la postura.

… Y la lista podría seguir, pero como mujer, ¿por qué ponerme tan “musculada”? ¡Vamos a aclarar esto que muchas veces lleva a confusiones!

¿Deben las mujeres entrenar fuerza?

En primer lugar, como mujer, debes entender que entrenar la fuerza no implica un gran aumento de la masa muscular, que suele ser el factor principal por el que tenemos miedo a la fuerza. Por otro lado, hay algunas patologías que afectan en mayor porcentaje a las mujeres como son la osteoporosis, la hipertensión, cáncer de mama, fibromialgia o la aparición de varices o celulitis; u otras como la obesidad, trastornos emocionales como son la crisis de ansiedad.

Es evidente que la mayoría de estas patologías pueden ser prevenidas mediante la actividad física diaria y la disminución del sedentarismo, pero que el entrenamiento de fuerza sea todavía más beneficioso para estas patologías que el entrenamiento aeróbico, no está todavía tan presente. Si nos fijamos en los beneficios que se han mencionado antes y en las patologías podemos comprobar que siempre hay un factor que está directamente relacionado entre ellos.

El entrenamiento de fuerza aumenta la densidad mineral ósea, necesaria para prevenir y/o contrarrestar la aparición de la osteoporosis, por ejemplo. Si nosotros aumentamos nuestra masa muscular por ende nuestro cuerpo necesita de más energía para poder mantenerla y habrá un mayor gasto energético (aumento del metabolismo basal), además de que seremos más resistentes ante cualquier situación de nuestro día a día para afrontarla con una estructura potente sin temerle a los dolores.

Por eso también es tan importante el entrenamiento durante y después del embarazo. Si a nuestro cuerpo se le presenta un reto, deberíamos ayudarlo y prepararlo para ello, con una musculatura que nos sujete en todas las acciones que vayamos a realizar. Así que no solo para después del parto para volver a nuestro aspecto de antes, sino para disfrutar de la prueba más dura y dulce a la vez, que es el parto en sí.

En resumen, necesitamos de nuestro cuerpo durante toda nuestra vida y para mantenerlo sano, necesitamos una estructura fuerte que nos acompañe y que a nivel metabólico nos haga mantener una vida más saludable.

Así que… ¿Entrenamiento de fuerza? Sí, es siempre la respuesta.

¡Cuerpo fuerte, mente fuerte!

Jennifer Schweser