Seguro que has oído hablar de ella y, probablemente, también conoces a más de uno que haya participado en este reto físico que tan de moda esta hoy día. Pero, ¿qué es la Spartan Race? Lo que comenzó en 2010 con no más de 500 participantes, se ha convertido en la actualidad en un fenómeno deportivo a este y el otro lado del Atlántico. Estados Unidos, Canadá, muchos países europeos, Corea del Sur y Australia ya pueden presumir de haber celebrado una edición en su tierra.
En las Spartan Race – en plural, porque hay hasta tres tipos distintos de carrera – se corre, se escala y se gatea (¡hasta en el barro!) en entornos naturales cuyo paisaje viene adaptado al recorrido de la prueba. Los obstáculos que se presenta suponen todo un desafío en el que testar nuestra fuerza tanto a nivel físico como mental. La tenacidad y la resistencia de unos cuerpos que ya suelen estar acostumbrados a practicar deporte con regularidad. Otra vuelta de tuerca. Pero más excitante, desafiante y exigente que el entrenamiento cotidiano.
Las series de obstáculos de la Spartan Race varían en distancia y dificultad desde los 5 kilómetros hasta metros propios de los maratones: la Spartan Sprint (5 kilómetros y más de 20 obstáculos), la Spartan Beast (20 km y más de 25 obstáculos) y, en la cumbre, el Ultra Beast (40 km y más de 60 obstáculos). Incluso el ejército de Estados Unidos ha colaborado en el diseño de algunos de los tramos particularmente duros del recorrido. Aunque para extenuante, el Spartan Agoge, un evento surgido en 2015 y que plantea una prueba de 60 horas de duración.
Sin embargo, no todo va a ser sufrir y sudar. Al cruzar la línea de meta de la Spartan Race, todos y cada uno de los participantes reciben una cerveza gratuita. La mejor manera de poner fin a un reto físico y mental que, por mucho que desconfiéis, está al alcance de todos. ¡Anímate y pasa el fin de semana de una manera distinta!