Muchísimos trabajadores se enfrentan diariamente ante la cuestión de: ¿Y hoy, qué comida me llevo al trabajo? La planificación y la compra juegan un papel fundamental.
– Planificación: Es necesario dedicar 20 minutos para determinar qué tipo de alimentos van a formar parte de mi tupper y decidir el método de cocción más adecuado, evitando comidas a la plancha ya que se quedan secas o frituras. El tupper debería contener:
- Las verduras no son una guarnición, y deben estar representadas en cantidad.
- Proteínas de calidad: Carnes, pescados, huevos, legumbres, tofu, seitán, moluscos o mariscos.
- Grasas saludables: Aceite de oliva virgen extra, frutos secos o aguacate.
- Hidratos de carbono integrales: No son necesarios, ya que se adecuan a las características de cada persona. En el caso de incorporarlas debemos de asegurarnos que sean integrales y no procesadas.
La bebida se aconseja que siempre sea agua y de postre fruta de temporada o yogur natural endulzado de forma natural.
– Compra: Tras realizar la planificación semanal, pasamos a realizar la lista de la compra, ahorrando dinero y evitando comprar alimentos innecesarios.
¡Pasamos a la acción! Ejemplo práctico:
Una vez sentada y relajada me planteo que proteínas vamos a utilizar cada día en mis tupper:
Lunes: Garbanzos, martes: carne de pavo, miércoles: Atún, jueves: huevo, viernes: lentejas.
Una vez elegida la proteína vamos a combinar las verduras que van a acompañarla.
Lunes: Espinacas con garbanzos.
Martes: Pavo guisado con champiñones, guisantes, zanahorias babys, vino y cebolla.
Miércoles: Pisto con atún.
Jueves: Tortilla de patata y calabacín con ensalada de canónigos y nueces.
Viernes: Lentejas con verduras y un puñado de arroz integral.
¡Listo! Ahora sólo queda, dejar parte del día para practicar actividad física. ¿Y tú, cómo organizar el tupper del trabajo?
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